Reboteadores se han convertido en una opción popular entrenamiento una opción para aquellos jugadores de fútbol que no tienen la oportunidad de entrenar regularmente con otras personas, o que desean mejorar habilidades o técnicas específicas. Permiten sesiones de práctica intensas: ya no se pierde tiempo persiguiendo balones que se han desviado, por lo que los jugadores pueden dedicar más tiempo a mejorar los aspectos más débiles de su juego.
Por definición, un reboteador “rebota”; es decir, el balón regresa al jugador que lo pateó o cabeceó inicialmente. Sin embargo, dado que en una situación real de partido un jugador rara vez recibe un balón de un compañero que le llegue perfectamente, los mejores reboteadores reflejan esto ofreciendo rebote variable y velocidad.
Muchos de los tipos más económicos de reboteador multiusos en que pueden utilizarse para una variedad de deportes, como lacrosse, béisbol y baloncesto. Sin embargo, suelen emplear materiales más baratos y no son tan adecuados para el fútbol práctica, como aquellos que han sido especialmente diseñados teniendo en cuenta las exigencias del juego.
Reboteadores puede utilizarse para mejorar una variedad de habilidades futbolísticas, como fortalecer el pie menos hábil, mejorar la agilidad general y los tiempos de reacción, o la precisión en los saques de banda y remates de cabeza. Además, al combinar ejercicios en un reboteador con un régimen de entrenamiento físico adecuado, incluso un jugador promedio puede mejorar su juego y su contribución en el campo de fútbol.
Si bien los reboteadores ofrecen muchas ventajas a los jugadores de fútbol, sin duda las tres técnicas más importantes que ayudan a perfeccionar son primer toque, pase y disparo.
Primer Toque
El primer toque en el fútbol es una de las habilidades esenciales que se deben dominar y, al mismo tiempo, una de las más difíciles de aprender. Cuanto más rápido y seguro sea su primer toque, más tiempo y espacio tendrá para jugar el balón. Los jugadores que poseen un excelente primer toque logran marcar la diferencia en el campo porque hacen que el balón trabaje para ellos.
Como muchas habilidades, la clave para un excelente primer toque es la práctica la que lleva a la perfección. Las horas dedicadas al entrenamiento, ya sea en el campo o en el jardín, pueden marcar la diferencia más adelante en una situación real de partido.
Utilizando un reboteador, los jugadores pueden comenzar con ejercicios sencillos en los que aprenden a detener y controlar el balón estando quietos. Una vez que se sientan cómodos con esto, deben repetir los mismos ejercicios, pero esta vez aprendiendo a controlar el balón en movimiento, con ambos pies y también en diferentes ángulos y alturas.
Al principio, el jugador notará que necesita mantener la vista en el balón todo el tiempo al practicar estos movimientos. Sin embargo, a medida que gane confianza y seguridad, deberá empezar a mirar hacia arriba para anticipar el siguiente pase o la oportunidad de disparo, tal como lo haría en el campo de juego.
Un balón de fútbol puede controlarse no solo con los pies. Los jugadores deben aprender a usar los muslos, el abdomen, el pecho y la cabeza para perfeccionar su primer toque, independientemente de cómo reciban el balón. Además, es recomendable experimentar con balones de diferentes tamaños, ya que esto puede ayudar al desarrollo de esta habilidad crucial.
Procure asegurarse de utilizar un reboteador que proporciona rebote y velocidad variables. Esto no solo ayuda a mejorar el primer toque, sino que también se asemeja mucho más a la experiencia que se vive en una situación real de partido.
Pase
Con un reboteador, un jugador puede aprender a desarrollar una variedad de pase técnicas y métodos. Por ejemplo, usando la parte interna del pie, pueden aprender a empujar el balón hacia adelante y a realizar un pase corto y preciso. Alternativamente, si desean realizar un pase largo a un compañero, lo ideal es usar el empeine, ya que proporciona más potencia, mientras que el pie de apoyo debe estar bien plantado para ofrecer estabilidad y equilibrio. Y para elevar el balón por encima de la defensa, el pase de vaselina suele ser la opción preferida, donde la capacidad de levantar el balón es fundamental.
Mientras tanto, la parte exterior del pie puede utilizarse para pases cortos y rápidos que pueden descolocar al oponente enviando el balón en una dirección diferente a la esperada.
Reboteadores también permiten a los jugadores trabajar en su sincronización, potencia y precisión. Un jugador debe practicar golpeando el balón a diferentes velocidades y fuerzas, para desarrollar su variedad de habilidades de pase. Y no todos los pases se hacen por el suelo: aprender a pasar con precisión también de volea y media volea suele marcar la diferencia entre un buen jugador y uno excepcional.
Pase no siempre implica avanzar hacia adelante. Muchos pases son hacia atrás o en paralelo a otro jugador, por lo que esto también debe practicarse con el reboteador.
Disparar
El fútbol es un deporte de pocos goles, lo que significa que se valora mucho la capacidad de disparar con precisión. Hay una razón por la que la mayoría de los futbolistas más valiosos del mundo son delanteros, y es porque anotar ¡marcar goles es mucho más difícil de lo que parece! Aunque lo ideal es practicar los disparos contra un portero real, esto no siempre es posible, por lo que utilizar un reboteador es una alternativa atractiva.
Una ventaja significativa de practicar con un reboteador es que no tiene que preocuparse por ir a buscar el balón después de cada disparo, algo que puede consumir mucho tiempo si se entrena solo. En su lugar, puede aprovechar el tiempo ahorrado para realizar más tiros y aprender a acertar al objetivo de forma constante.
Es fundamental al elegir un reboteador que puede soportar los disparos más potentes. Una portería que no resiste los tiros regulares al marco o a la red resulta de poca utilidad. También es importante tener en cuenta que algunas no están diseñadas para la práctica de disparos, sino para perfeccionar otras habilidades. Suelen ser mucho más pequeñas que una portería reglamentaria, y puede ser un reto acertar al objetivo a menos que el jugador sea muy preciso.